¿AVANZANDO?
Potira
itapitanga.
Em português
Árvores balançam ao vento enquanto pássaros ignoram os músicos que
belamente fazem sua apresentação no Feirarte.
- Bem disse Vinícius de Moraes que “O sofrimento é o intervalo entre duas
felicidades”. – Fala Sávio Tarso na mesa ocupada também por Benito (este que te
fala), Edmilson Araújo, Luiz Galo Videira, Gasparzinho e nossos amigos em
visita a Ipatinga: Henrique Cazes e Nilze Carvalho. Os dois vieram para uma
apresentação na cidade e após a entrevista no Programa Domingão do Amigão, na
Rádio Vanguarda (AM), nós fomos ao Feirarte. Juntamos duas mesas na barraca do
Marcelo, perto do palco, e curtimos os drinques que ele faz e o músico que lá
toca.
- Depois dessa bela frase – diz Nilze – vou contar um sonho engraçado que
tive esta noite: Pela manhã recebi parabéns, mas não acreditei que realmente
tinha sido premiada. De tarde outra vez me parabenizaram. Com esperança fui à
Prefeitura ver se era verdade. E era, mas teria que dar uma contrapartida. “Como,
se não estou tendo dinheiro sobrando?”, lamentei. O prêmio era interessante,
reconhecimento de minha capacidade. Mas o que escolher? Desembolsar o que pouco
tenho ou buscar reconhecimento?
Ficamos calados pensando. Bebemos drinques deliciosos, comemos feijão
tropeiro da barraca do Zé Carlos, acarajé do Mário do Acarajé e chouriço da
Fran.
- Uma das coisas que me doem – Continua Nilze – é que os produtores, os
criadores de arte são os únicos que não aproveitam os dividendos de seus
trabalhos. E não me digam que não seja importante, porque todo trabalhador
merece seu salário. – Uma pausa para se interiorizar e mudar de assunto. –
Nunca me canso de ouvir Lamartine Babo. Foi bom o terem colocado na programação
de hoje.
- Lamartine, com seu fino humor, compôs algumas das melhores marchinhas
de carnaval. Pena que Getúlio Vargas proibiu, a ele e a outros compositores, porem
suas irreverências em suas composições; empobrecendo muito as criações de
Lamartine.
Disse Edmilson e Sávio completa:
- É... Por isso digo sempre que todo governo despótico sempre toma como
primeiras providências a censura das artes e dos artistas. Mas isso é uma
situação clara. Afinal, por que eles iriam querer alguém que faça a população
pensar, se isso poderá resultar em algum levante popular?
Um pequeno pássaro canta em uma árvore deixando a gente em grande momento
de silêncio.
Ai, ai, aiiiiiiiiiê! – Geme alto uma mulher. Quatro pessoas a cercam;
sendo que três são homens. A outra mulher diz para a amiga: “Num grita, amiga,
quié milhó prucê... E dá próxima veiz paguquidévi. Num recusa criente, amiga,
siqué ter pedra a vontade. E vâmu saí daqui porque tá todo mundo veno e vão
chamá uzômi.” – Olhando ao redor diz a última fala para os homens. Dois homens
seguram a amiga gemente e chorosa, enquanto o terceiro vai atrás e a líder os
conduz.
- Henrique, como você aprendeu a tocar cavaquinhos e os outros instrumentos?
– Pergunta Edmilson para quebrar o clima pesado.
- Aprendi sozinho. Minha família é de músicos amadores.
- Ouvi dizer que tem livros publicados. – Luiz fala para Henrique.
- Sim. Um deles se chama Escola Moderna de Cavaquinho e é bem utilizado
como livro didático para os aprendizes desse instrumento.
Uma pausa para ouvirmos os músicos, bebermos e comermos um pouquinho mais
enquanto a sombra da árvore nos consola o calor.
- Nilze, você tem curso superior em música? – Questiona Sávio e
Gasparzinho pergunta ainda: Como começou sua carreira?
- Bem, rapazes, eu profissionalmente comecei aos seis anos. – Bebe um pouco
de seu drinque e continua: Sou especialista em choro e tenho bacharelato em
música.
Sorrindo com uma cervejinha e sentindo-se entre amigos, Henrique fala de
um sonho que teve:
- Eu estava atrasado no preparo do jantar de meu irmão. Tive que correr
para casa. Mas sou lento, um cinquentão indo para os sessenta. Vendo-me correr,
uma pessoa bem mais jovem, empolgou-se e decidiu apostar corrida comigo
mostrando quem é o melhor. Querendo-me desatentar da criatura alcancei um
quarteirão enquanto ela já alcançara o dobro que eu correra e começava a subir
o morro onde fica o meu lar. A noite veio. E eu correndo. Pensando. Comida.
Irmão. Corrida. Cheguei à minha casa e vejo meu irmão faminto. Nessa hora eu
acordei.
As sombras estão agradáveis no calor do sol.
- Que foi, Benito? Não disse nada
até agora!
- É que enquanto os ouvia, guardava em meu íntimo as novas informações...
- Falou bonito, Benito! – Disse Nilze sorrindo.
- ... E pensava numa quadra de Rubem; a que deu o título de nossa
história:
Andando,
percorrendo, caminhando
À frente o
forte sol
(Não sei se
me alumiando ou...)
Veloz homem,
forte caracol.
As árvores ainda balançam ao vento enquanto os pássaros ignoram tanto a
gente quanto aos músicos no Feirarte.
En español
Árboles se columpian al
viento mientras pájaros ignoran los músicos que bellamente se presentan adonde
estamos.
- Mucho bien dije el
brasileño Vinícius de Moraes. “Sufrimiento es el intervalo entre dos
felicidades”. – Platicó Sávio Tarso en la mesa ocupada también por Benito (esto
que los habla), Edmilson Araújo, Luiz Galo Videira, Gasparzinho y nuestros
amigos que visitan Lima: Henrique Cazes y Nilze Carvalho. Los dos vinieron para
una presentación en la ciudad y tras la entrevista en un programa de radio
nosotros salimos de tapas; saboreamos copetines y la música de un cantante.
- Después de esa bella
frase – dijo Nilze – voy contar un sueño divertido que tuve anoche: Gané un
premio y por la mañana fue felicitada, pero no me acredité que realmente tenía
sido premiada. Por la tarde otra vez más me felicitaron. Con esperanza fue a la
Alcaldía ver si era verdad. Y era, pero tendría que dar una contrapartida. “¿Cómo,
si no tengo plata excediendo?”, lamenté. El premio era bueno… mi capacidad
siendo reconocida. Pero, ¿qué escoger? ¿Desembolsar lo que poco tengo o buscar
reconocimiento?
Nos quedamos callados
pensando. Bebemos ricos vinos chilenos y comemos empanadas chilenas hechas en
la carpa de Carolina Manzano.
- Una cosa que mucho me
lastima – continúa Nilze – es que los productores, los creadores de arte son
los únicos que no aprovechan los dividendos de sus trabajos. Y no me digan que
no sea importante, porque todo trabajador merece su salario. – Una pausa para
interiorizarse y cambiar de asunto. – Me encanta Lamartine Babo. Me fue
agradable escuchar un antiguo compositor brasileño en Perú.
- Lamartine, con su fino
humor, compuso algunas de las mejores “marchinhas de carnaval”. Es una lástima
que Getúlio Vargas prohibió, a él y a otro compositores, punieren sus
irreverencias en sus composiciones; empobreciendo mucho las creaciones de
Lamartine.
Dije Edmilson y Sávio
completa:
- Por eso digo siempre
que una de las primeras providencias de todo gobierno despótico es censurar las
artes y los artistas. Pero eso es una situación clara. En verdad, ¿por qué
ellos irían querer a alguien que posibilite el pueblo pensar se eso podrá
resultar en alguna sublevación popular?
Un pequeño pájaro canta en
un árbol dejándonos en gran momento de silencio.
¡Ay, ay, ayyyyyyyyyyyé!
– Gime alto una mujer. Cuatro personas la cercan; siendo que tres son hombres.
La otra mujer dijo para la amiga: “No grita, amiga, que te es mejor… Y no haces
más eso; pague logo tus deudas. No recuse clientes, si te gustan las piedras. Y
vámonos salir de aquí porque están todos viéndonos y si van a llamar los
polis”. – Mirando alrededor dijo la última habla para los hombres. Dos de ellos
aseguran la amiga gimiente y llorosa, mientras el tercer se va atrás y la líder
los conduce.
Para suavizar el clima
pesado que se quedó con la turba, Edmilson pregunta:
- Henrique, tú nos dije
que el nombre de esta guitarrita es cavaquiño. ¿Hablé cierto? y ¿cómo se
escribe? Ella es un instrumento típico de tu país, ¿cierto?
- ¡Verdad! Es un
instrumento brasileño con cuatro cuerdas; es escrito con “uve” y “nh”, ca-va-qui-nho,
y tú pronunciaste bien.
- ¿Cómo aprendió a tañer
el cavaquinho? – Pregunta Sávio.
- Nadie me lo ha
enseñado. Aprendí solo. Es que mi familia es de músicos amadores y la música
está en mi sangre.
- Oír decir que tiene
libros publicados. – Habla Luiz.
- ¡Sí! Uno de ellos es
llamado “Escola Moderna de Cavaquinho” y es mucho utilizado como libro
didáctico por los aprendices de ese instrumento.
Una pausa para escuchar
los cantantes, beber y comer un poquito más mientras la sombra del árbol nos
consola el calor.
- Nilze, ¿tienes
educación superior en música? – Cuestiona Sávio y Gasparzinho pregunta todavía:
¿Cómo empezó tu carrera?
- Muchachos, soy
licenciada en música; experta en el muy brasileño choro. – Bebe un poco de vino
y vuelve a hablar: Y profesionalmente empecé cuando tenía seis añitos.
Sonriendo con un vaso de
cerveza y sintiéndose entre amigos, Henrique charla del sueño que ha tenido
anoche:
- Estaba retrasado en el
preparo de la cena de mi hermano. Tuve que correr a nuestra casa. Pero soy
mucho lento, un cincuentón indo para los sesenta años. Viéndome correr, una
persona mucho más joven, se entusiasmó y decidió apostar corrida conmigo
mostrando quién es el mejor. Deseándome desatar de la creatura alcancé una
manzana mientras ella ya alcanzara el doble que yo corriera y comenzaba a subir
la colina donde se queda mi lar. La noche veo. Y yo corriendo. Pensando.
Comida. Hermano. Corrida. Llegué a mi casa y veo mi hermano hambriento. En esa
hora desperté.
Las sombras están
agradables en el calor del sol.
- ¿Qué te pasa, Benito?
¡No has dicho nada hasta ahora!
- Es que mientras los
escuchaba, retenía en mi íntimo las nuevas informaciones…
- ¡Qué palabras bonitas,
Benito! – Dijo Nilze sonriendo.
- … Y pensaba en el
poema de Rubem que nombró nuestra historia:
Andando, recorriendo, caminando
Al frente el fuerte sol
(No sé si me alumbrando o…)
Veloz hombre, fuerte caracol.
Los árboles aún
bailan con el viento mientras los pájaros ignoran tanto la gente cuanto los
cantantes de la plaza.
Ofereço como presente de aniversário
Rodrigo Robleño e seu grande amigo Viralata, Vitória
Soares, Gleison Oliveira, Re Silva, Luzia Barros, Renato Silva, Ruddy Stone, Paulinho
Manacá, Bárbara Alves, Albino de la Puente, Luciano Soares (Brska), Tadeu
Vilalba, Wellington P. Santos, Ana Mª Guerra, Ilton V. Melo e Usina Velha.
Recomendo a leitura de Sons, de Pedro Du Bois:
Outras informações:
Escrito partindo de um sonho que tive na madrugada de 24 de
janeiro de 2016. Trabalhado entre a mesma noite e o dia 08 de fevereiro do ano
corrente.