segunda-feira, 8 de fevereiro de 2016

AVANÇANDO?

¿AVANZANDO?


Potira itapitanga.


Em português

Árvores balançam ao vento enquanto pássaros ignoram os músicos que belamente fazem sua apresentação no Feirarte.
- Bem disse Vinícius de Moraes que “O sofrimento é o intervalo entre duas felicidades”. – Fala Sávio Tarso na mesa ocupada também por Benito (este que te fala), Edmilson Araújo, Luiz Galo Videira, Gasparzinho e nossos amigos em visita a Ipatinga: Henrique Cazes e Nilze Carvalho. Os dois vieram para uma apresentação na cidade e após a entrevista no Programa Domingão do Amigão, na Rádio Vanguarda (AM), nós fomos ao Feirarte. Juntamos duas mesas na barraca do Marcelo, perto do palco, e curtimos os drinques que ele faz e o músico que lá toca.
- Depois dessa bela frase – diz Nilze – vou contar um sonho engraçado que tive esta noite: Pela manhã recebi parabéns, mas não acreditei que realmente tinha sido premiada. De tarde outra vez me parabenizaram. Com esperança fui à Prefeitura ver se era verdade. E era, mas teria que dar uma contrapartida. “Como, se não estou tendo dinheiro sobrando?”, lamentei. O prêmio era interessante, reconhecimento de minha capacidade. Mas o que escolher? Desembolsar o que pouco tenho ou buscar reconhecimento?
Ficamos calados pensando. Bebemos drinques deliciosos, comemos feijão tropeiro da barraca do Zé Carlos, acarajé do Mário do Acarajé e chouriço da Fran.
- Uma das coisas que me doem – Continua Nilze – é que os produtores, os criadores de arte são os únicos que não aproveitam os dividendos de seus trabalhos. E não me digam que não seja importante, porque todo trabalhador merece seu salário. – Uma pausa para se interiorizar e mudar de assunto. – Nunca me canso de ouvir Lamartine Babo. Foi bom o terem colocado na programação de hoje.
- Lamartine, com seu fino humor, compôs algumas das melhores marchinhas de carnaval. Pena que Getúlio Vargas proibiu, a ele e a outros compositores, porem suas irreverências em suas composições; empobrecendo muito as criações de Lamartine.
Disse Edmilson e Sávio completa:
- É... Por isso digo sempre que todo governo despótico sempre toma como primeiras providências a censura das artes e dos artistas. Mas isso é uma situação clara. Afinal, por que eles iriam querer alguém que faça a população pensar, se isso poderá resultar em algum levante popular?
Um pequeno pássaro canta em uma árvore deixando a gente em grande momento de silêncio.
Ai, ai, aiiiiiiiiiê! – Geme alto uma mulher. Quatro pessoas a cercam; sendo que três são homens. A outra mulher diz para a amiga: “Num grita, amiga, quié milhó prucê... E dá próxima veiz paguquidévi. Num recusa criente, amiga, siqué ter pedra a vontade. E vâmu saí daqui porque tá todo mundo veno e vão chamá uzômi.” – Olhando ao redor diz a última fala para os homens. Dois homens seguram a amiga gemente e chorosa, enquanto o terceiro vai atrás e a líder os conduz.
- Henrique, como você aprendeu a tocar cavaquinhos e os outros instrumentos? – Pergunta Edmilson para quebrar o clima pesado.
- Aprendi sozinho. Minha família é de músicos amadores.
- Ouvi dizer que tem livros publicados. – Luiz fala para Henrique.
- Sim. Um deles se chama Escola Moderna de Cavaquinho e é bem utilizado como livro didático para os aprendizes desse instrumento.
Uma pausa para ouvirmos os músicos, bebermos e comermos um pouquinho mais enquanto a sombra da árvore nos consola o calor.
- Nilze, você tem curso superior em música? – Questiona Sávio e Gasparzinho pergunta ainda: Como começou sua carreira?
- Bem, rapazes, eu profissionalmente comecei aos seis anos. – Bebe um pouco de seu drinque e continua: Sou especialista em choro e tenho bacharelato em música.
Sorrindo com uma cervejinha e sentindo-se entre amigos, Henrique fala de um sonho que teve:
- Eu estava atrasado no preparo do jantar de meu irmão. Tive que correr para casa. Mas sou lento, um cinquentão indo para os sessenta. Vendo-me correr, uma pessoa bem mais jovem, empolgou-se e decidiu apostar corrida comigo mostrando quem é o melhor. Querendo-me desatentar da criatura alcancei um quarteirão enquanto ela já alcançara o dobro que eu correra e começava a subir o morro onde fica o meu lar. A noite veio. E eu correndo. Pensando. Comida. Irmão. Corrida. Cheguei à minha casa e vejo meu irmão faminto. Nessa hora eu acordei.
As sombras estão agradáveis no calor do sol.
- Que foi, Benito?  Não disse nada até agora!
- É que enquanto os ouvia, guardava em meu íntimo as novas informações...
- Falou bonito, Benito! – Disse Nilze sorrindo.
- ... E pensava numa quadra de Rubem; a que deu o título de nossa história:
Andando, percorrendo, caminhando
À frente o forte sol
(Não sei se me alumiando ou...)
Veloz homem, forte caracol.
As árvores ainda balançam ao vento enquanto os pássaros ignoram tanto a gente quanto aos músicos no Feirarte.


En español

Árboles se columpian al viento mientras pájaros ignoran los músicos que bellamente se presentan adonde estamos.
- Mucho bien dije el brasileño Vinícius de Moraes. “Sufrimiento es el intervalo entre dos felicidades”. – Platicó Sávio Tarso en la mesa ocupada también por Benito (esto que los habla), Edmilson Araújo, Luiz Galo Videira, Gasparzinho y nuestros amigos que visitan Lima: Henrique Cazes y Nilze Carvalho. Los dos vinieron para una presentación en la ciudad y tras la entrevista en un programa de radio nosotros salimos de tapas; saboreamos copetines y la música de un cantante.
- Después de esa bella frase – dijo Nilze – voy contar un sueño divertido que tuve anoche: Gané un premio y por la mañana fue felicitada, pero no me acredité que realmente tenía sido premiada. Por la tarde otra vez más me felicitaron. Con esperanza fue a la Alcaldía ver si era verdad. Y era, pero tendría que dar una contrapartida. “¿Cómo, si no tengo plata excediendo?”, lamenté. El premio era bueno… mi capacidad siendo reconocida. Pero, ¿qué escoger? ¿Desembolsar lo que poco tengo o buscar reconocimiento?
Nos quedamos callados pensando. Bebemos ricos vinos chilenos y comemos empanadas chilenas hechas en la carpa de Carolina Manzano.
- Una cosa que mucho me lastima – continúa Nilze – es que los productores, los creadores de arte son los únicos que no aprovechan los dividendos de sus trabajos. Y no me digan que no sea importante, porque todo trabajador merece su salario. – Una pausa para interiorizarse y cambiar de asunto. – Me encanta Lamartine Babo. Me fue agradable escuchar un antiguo compositor brasileño en Perú.
- Lamartine, con su fino humor, compuso algunas de las mejores “marchinhas de carnaval”. Es una lástima que Getúlio Vargas prohibió, a él y a otro compositores, punieren sus irreverencias en sus composiciones; empobreciendo mucho las creaciones de Lamartine.
Dije Edmilson y Sávio completa:
- Por eso digo siempre que una de las primeras providencias de todo gobierno despótico es censurar las artes y los artistas. Pero eso es una situación clara. En verdad, ¿por qué ellos irían querer a alguien que posibilite el pueblo pensar se eso podrá resultar en alguna sublevación popular?
Un pequeño pájaro canta en un árbol dejándonos en gran momento de silencio.
¡Ay, ay, ayyyyyyyyyyyé! – Gime alto una mujer. Cuatro personas la cercan; siendo que tres son hombres. La otra mujer dijo para la amiga: “No grita, amiga, que te es mejor… Y no haces más eso; pague logo tus deudas. No recuse clientes, si te gustan las piedras. Y vámonos salir de aquí porque están todos viéndonos y si van a llamar los polis”. – Mirando alrededor dijo la última habla para los hombres. Dos de ellos aseguran la amiga gimiente y llorosa, mientras el tercer se va atrás y la líder los conduce.
Para suavizar el clima pesado que se quedó con la turba, Edmilson pregunta:
- Henrique, tú nos dije que el nombre de esta guitarrita es cavaquiño. ¿Hablé cierto? y ¿cómo se escribe? Ella es un instrumento típico de tu país, ¿cierto?
- ¡Verdad! Es un instrumento brasileño con cuatro cuerdas; es escrito con “uve” y “nh”, ca-va-qui-nho, y tú pronunciaste bien.
- ¿Cómo aprendió a tañer el cavaquinho? – Pregunta Sávio.
- Nadie me lo ha enseñado. Aprendí solo. Es que mi familia es de músicos amadores y la música está en mi sangre.
- Oír decir que tiene libros publicados. – Habla Luiz.
- ¡Sí! Uno de ellos es llamado “Escola Moderna de Cavaquinho” y es mucho utilizado como libro didáctico por los aprendices de ese instrumento.
Una pausa para escuchar los cantantes, beber y comer un poquito más mientras la sombra del árbol nos consola el calor.
- Nilze, ¿tienes educación superior en música? – Cuestiona Sávio y Gasparzinho pregunta todavía: ¿Cómo empezó tu carrera?
- Muchachos, soy licenciada en música; experta en el muy brasileño choro. – Bebe un poco de vino y vuelve a hablar: Y profesionalmente empecé cuando tenía seis añitos.
Sonriendo con un vaso de cerveza y sintiéndose entre amigos, Henrique charla del sueño que ha tenido anoche:
- Estaba retrasado en el preparo de la cena de mi hermano. Tuve que correr a nuestra casa. Pero soy mucho lento, un cincuentón indo para los sesenta años. Viéndome correr, una persona mucho más joven, se entusiasmó y decidió apostar corrida conmigo mostrando quién es el mejor. Deseándome desatar de la creatura alcancé una manzana mientras ella ya alcanzara el doble que yo corriera y comenzaba a subir la colina donde se queda mi lar. La noche veo. Y yo corriendo. Pensando. Comida. Hermano. Corrida. Llegué a mi casa y veo mi hermano hambriento. En esa hora desperté.
Las sombras están agradables en el calor del sol.
- ¿Qué te pasa, Benito? ¡No has dicho nada hasta ahora!
- Es que mientras los escuchaba, retenía en mi íntimo las nuevas informaciones…
- ¡Qué palabras bonitas, Benito! – Dijo Nilze sonriendo.
- … Y pensaba en el poema de Rubem que nombró nuestra historia:
Andando, recorriendo, caminando
Al frente el fuerte sol
(No sé si me alumbrando o…)
Veloz hombre, fuerte caracol.
Los árboles aún bailan con el viento mientras los pájaros ignoran tanto la gente cuanto los cantantes de la plaza.


Ofereço como presente de aniversário
Rodrigo Robleño e seu grande amigo Viralata, Vitória Soares, Gleison Oliveira, Re Silva, Luzia Barros, Renato Silva, Ruddy Stone, Paulinho Manacá, Bárbara Alves, Albino de la Puente, Luciano Soares (Brska), Tadeu Vilalba, Wellington P. Santos, Ana Mª Guerra, Ilton V. Melo e Usina Velha.

Recomendo a leitura de Sons, de Pedro Du Bois:

Outras informações:

Escrito partindo de um sonho que tive na madrugada de 24 de janeiro de 2016. Trabalhado entre a mesma noite e o dia 08 de fevereiro do ano corrente.

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