domingo, 19 de agosto de 2018

QUAL AMARGO É SALUTAR





Em português:

- Oi! U sinhô pode me dá um dinheiro pr’eu almuçá?
Não olha nem vê a quem pede e talvez por isso não responde.
- Oi! Assinhora pode me dá um dinheiro pr’eu almuçá?
Esta diz não sem olhar e com maus modos.
Em Ipatinga não me recordo de crianças pedindo comida ou dinheiro. Pelo menos não no Centro, bairros arredores e menos ainda nos nobres. E esta pedinte já tem ao menos trinta anos.
- Oi! Ussinhô pode me dá um dinheiro pr’eu almuçá?
- Não. Mas se quiser, pago seu almoço.
Pensa um momento. É melhor aceitar ou recusar o dinheiro não recebido para a pedra? Este desfecho deixo para sua imaginação.

- O senhor pode me dá um real? Quero tomar um café...
Quase nove da manhã uma jovem de menos de vinte anos, acho, pede. Ele dá uma moeda e ela dá...
- O senhor pode me dá um real?
Dia atrás de outro, hora sim, duas ou três horas não ela aborda os homens que passam perto do extenso mangueiral entre o Centro e o Novo Cruzeiro. Eles dão uma moeda e ela dá...
- O senhor pode me dá um real?
Olha seus bolsos e encontra quase noventa centavos. Entrega e continua seu percurso. Minutos depois volta e:
- O senhor não vai querer?
Só aí, depois de olhar alguns segundos para a garota, percebe que este era o valor a ela dado; por ela ou por outros. Agradece, mas diz não.
- Ai! Agora se faz de santinho... – Há quem o julga assim. Sobre isso só digo uma coisa: Não digo nada.

Perto da noite em uma rua, um casal bate palmas num portão.
- A senhora pode dá comida pra nóis?
- Não! – A porta da cozinha de fecha.
Meio dia em outra rua, o casal bate palmas num portão.
- A senhora pode dá comida pra nóis?
- Não! – A porta da cozinha se fecha e a da sala não se abre.
Não sei se é verdade, mas dizem que de onde pouco sai pouco entra. A realidade, porém, afirma: quem assim crê o faz apenar para receber, para ter. Se é fato, não sei; mas é o que mais se vê.
Perto da noite em outra rua, o casal bate palmas no portão.
- O senhor pode dá comida pra nóis?
Fechar a porta, eis a resposta da casa de portas e janelas trancadas.
Em outro bairro o sol já está perto, mas a noite ainda não se corou. Um sujeito abre a porta da cozinha de seu apartamento e se surpreende com as flores de seu pezinho de boldo. Depois abre o portão e vê o casal usuário de pedra em situação de rua abraçado na calçada do outro lado da rua.
- O senhor pode dar comida para ela? Comida, não pão e café. É que tem dois dias que não se alimenta direito e o bebê... – a barriga dela está proeminente e a dele ronca – pelo menos isso a gente quer dar a ele.
Não há dúvida. Volta e esquenta a comida para os dois.
Depois faz o que há que se fazer.
  


Na volta, diante do motelzinho:
- Vámu namorá?
É a cantilena mais comum da rua Sabará.
- Não, obrigado!
- Ussinhô num é chegádu?
Sorrindo se afasta pensando em flores e comparando o amargo do boldo com o amargo das pessoas.


En español:

CUÁL AMARGO ES SALUDABLE


- ¿Usted puede medá una platita para yo comer?
No mira ni ve a quien lo pide y tal vez por esto no contesta.
- ¿Usted puede medá una platita para yo comer?
Esa dijo “no” sin mirarla y sin cortesía.
En Ipatinga no me recuerdo de niños pidiendo comida o dinero. Al menos en el Centro, ni en los barrios alrededores y aún menos en los nobles. Y esta limosnera ya tiene al menos treinta años.
- ¿Usted puede me da una platita para yo comer?
- No. Pero si quieres, pago el almuerzo.
Piensa un momento. ¿Es mejor aceptar o recusar el dinero no recibido para la piedra? Esta conclusión dejo para su imaginación.

- ¿Usted puede me da una moneda? Quiero desayunarme…
Casi nueve de la mañana una joven de menos de veinte años, pienso, pide. Él saca una moneda de su bolsillo, le da y ella da…
- ¿Usted puede me da una moneda?
Día tras otro, hora sí, dos o tres horas no ella aborda a los hombres que pasan cerca de la extensa plantación de pies de mango entre el Centro y el Novo Cruzeiro. Elles sacan una moneda, le dan y ella da…
- ¿Usted puede me da una moneda?
Busca en su bolsillo y la encuentra. Entrega y continúa su camino. Minutos después vuelve y:
- ¿Usted no quiere?
Solamente ahí, después de mirarla un par de segundos, percibe que este era el valor a ella dado; por ella o por otros. Agradece, pero dice no.
- ¡Ay, caray! Ahora se hace de santo… – Hay quien lo juega así. Sobre eso solo digo una cosa: No digo nada.

Cerca de la noche en una calle, una pareja llama en una puerta.
- ¿Usted puede dar comida para ella y yo? – Habla con acento extranjero.
- ¡No! – Ella contesta mientras la porta de la cocina se cierra.
Medio día en otra calle, la pareja llama en una puerta.
- ¿Usted puede dar comida para nosotros?
- ¡No! – La mujer responde mientras la puerta de la cocina se cierra y de la sala no se abre.
No sé si es verdad, pero dicen que de donde poco sale poco entra. Sin embargo, la realidad, afirma: el tipo que así cree lo hace solamente para recibir, para tener. Si es un hecho no lo sé, pero es lo que más se ve.
Cerca de la noche en otra calle, la pareja llama en una puerta.
- ¿Usted puede dar comida para ella y yo?
El hombre cierra la puerta, esta es la respuesta de la bella casa de puertas y ventanas cerradas.
En otro barrio el sol ya está cerca, pero la noche aún no se sonrojó. Un tipo abre la puerta de la cocina de su apartamentito y se sorprende con la flor del boldo. Después abre la puerta de la calle y ve la extranjera pareja adicta de piedra en situación callera abrazada en la vereda del otro lado de la calle.
- ¿Usted puede dar comida para ella? Comida, no pan y café. Es que hay dos días que no nos alimentamos adecuadamente, pero el nene… – la barrica de ella está bien visible y a de él ronca – Al menos eso queremos dar a él.
No hay duda. Vuelve y calienta la comida para los dos.
Después hace lo que hay que hacer.
  


Al volver, delante del hotel de profesionales del sexo:
- ¿Vamos “noviar” un rato?
Es la cantilena más común de la calle Sabará.
- No, ¡gracias!
- ¿No te gustas?
Sonriendo se aleja silenciosamente pensando en flores y comparando el amargo del boldo con el amargo de las personas.


Ofereço como presente às aniversariantes Marilda Lyra e Marcia Regina.

Recomendo a leitura de:
“Eleição 2018: Plano de Governo de Alckimn, Mais do Mesmo”, de Josué S. Brito:
“Que Queremos Desses Caras?”, de Glaussim (Carlos Glauss):

Al leer la publicación abajo, de Gonzalo Schnieper, me puso a pensar y durante la semana escribí el cuento arriba. Primero en portugués y después lo trabajé en las dos lenguas. Él la publicó en su pared de fb al fin de la mañana de 12 de agosto de 2018:
¿Os habéis preguntado alguna vez cuánto tarda una vida humana en desaparecer? Lo que tardan el resto de conciencias en olvidarla.  /  Somos una sociedad que se miente a sí misma a través de un reflejo inverosímil en la ficción norteamericana. Así, vemos en las películas a "hombres hechos a sí mismos" saliendo adelante con el mero impulso de su voluntad. Y tendemos a pensar, probablemente para aliviar nuestra laxa conciencia, que aquel que duerme en ese cajero "pudo haber elegido". Y no entendemos que nuestra vida no es una película, que solo pende de un desvencijado balancín fabricado con suerte y apoyos que se puede venir abajo en cualquier momento.  /  Volviendo a la alienación mediática, nos alegra ver comedias de situación en las que todos los vecinos de un edificio forman una comunidad en la que prima el apoyo y la amistad. ¿Cómo se llaman tus vecinos? Cada núcleo familiar es una célula de egoísmo cerrado al mundo. Quédate fuera por cualquier circunstancia y es como el juego de la silla. Verás a todo tu entorno sentadito, encontrando acomodo, y tú de pie, mirando como bobo.  /  Alejándonos de ese núcleo familiar desinteresadamente protector (también interesado, pero en otra dimensión en la que no voy a entrar -supervivencia del propio grupo-), el aglutinante de esta sociedad es el interés. En el momento en que te sientas débil por atravesar un mal momento, el interés de los demás hacia ti desaparece. Sin apoyos, sin contactos, sin resultar interesante, no hay un equilibrio cósmico que te brinde lo que necesites, que te empuje, que te anime, que te valore. Te hundes, y lo mejor que puede pasarte es que pierdas la razón y deambules enajenado por la calle, o de pueblo en pueblo. Pero en la mayoría de los casos no se pierde la cordura, se mantienen la consciencia y la inteligencia intactas. Simplemente te vas hundiendo y hundiendo, y sientes una mezcla de culpa y vergüenza que te impide mirar al resto de viandantes a los ojos. Y total, el resto de viandantes tampoco te miran, has acabado desapareciendo, aunque creías que esto a ti no te iba a ocurrir, porque eres muy trabajador, pura voluntad, un todoterreno, con estudios, con idiomas, hasta tenías cierto don de gentes. Pero llegó un golpe de mala suerte, todas las puertas se cerraron, y lo imposible acabó ocurriendo. Eres el hombre invisible, perteneces a la casta de los intocables, no te catalogan en ningún colectivo vulnerable, no tienes renta mínima de inserción, no tienes nada, no eres nada. Has desaparecido.

 Rubem Leite é escritor, poeta e crontista. Escreve e publica neste seu blog literário aRTISTA aRTEIRO todo domingo e colabora no Ad Substantiam às quintas-feiras.  É professor de Português, Literatura, Espanhol e Artes. E em breve também professor de História. É graduado em Letras-Português. É pós-graduado em “Metodologias do Ensino da Língua Portuguesa e Literatura na Educação Básica”, “Ensino de Língua Espanhola”, “Ensino de Artes” e “Cultura e Literatura”; autor dos artigos científicos “Machado de Assis e o Discurso Presente em Suas Obras”, “Brasil e Sua Literatura no Mundo – Literatura Brasileira em Países de Língua Espanhola, Como é Vista?”, “Amadurecimento da Criação – A Arte da Inspiração do Artista” e “Leitura de Cultura da Cultura de Leitura”. Foi, por duas gestões, Conselheiro Municipal de Cultura em Ipatinga MG (representando a Literatura).
Imagem:
“Indiferencia”, de Javi Matoses.
Flor e Amargo – Foto do autor.
Dinossauro Datilógrafo – Foto do autor – Fotógrafo ignorado. Piquenique Dramatizado, 2015.

Escrito entre os dias 13 e 19 de agosto de 2018.

Nenhum comentário: